
El Peñón de Gibraltar es mucho más que una formación rocosa que se eleva imponente sobre el estrecho del mismo nombre. Este pequeño territorio, de apenas 6,7 kilómetros cuadrados, ha sido durante siglos un punto estratégico clave para el comercio, la guerra y la diplomacia. Ubicado en el extremo sur de la península ibérica, Gibraltar ha sido foco de disputa entre dos naciones: España y el Reino Unido. ¿De quién es realmente Gibraltar? ¿Quién lo cedió y por qué? ¿Cuál es la identidad de sus habitantes? En este artículo vamos a responder todas esas preguntas desde un enfoque histórico, legal y social, explicando por qué el Peñón sigue siendo un tema delicado en la política internacional.
¿A qué país pertenece el Peñón de Gibraltar?

Actualmente, el Peñón de Gibraltar pertenece al Reino Unido, aunque se encuentra geográficamente situado en el extremo sur de España, justo al norte del estrecho de Gibraltar. Desde 1713, cuando fue cedido por el Tratado de Utrecht, Gibraltar se considera territorio británico de ultramar.
Esta situación ha generado una tensión constante entre ambos países, especialmente porque España no reconoce la soberanía británica como legítima y permanente. A pesar de ello, en la práctica, el Reino Unido administra Gibraltar de forma autónoma, con un gobierno propio que depende de Londres en cuestiones de defensa y relaciones exteriores.
La pertenencia legal a un país no ha impedido que se mantenga una identidad gibraltareña fuerte, con elementos tanto británicos como españoles, lo que complica aún más cualquier posible solución al conflicto.
¿Quién es el dueño del Peñón de Gibraltar?

La Península Ibérica está formada por tres países y una colonia. A España, Portugal y Andorra se les suma Gibraltar, una superficie de entre seis y siete kilómetros cuadrados habitada por aproximadamente 32.000 personas que es de dominio británico desde el 4 de agosto de 1704 y cuyo futuro podría cambiar en virtud de las negociaciones del ‘Brexit’.
EUROPA EUROPA ESPAÑA REINO UNIDO POLÍTICA INTERNACIONAL
El Reino Unido es el actual propietario y administrador del Peñón de Gibraltar, pero la palabra «dueño» implica más que un simple control administrativo. Desde la perspectiva española, Gibraltar es una colonia europea en suelo ibérico, cuya cesión no fue completa ni definitiva.
El Tratado de Utrecht, firmado en 1713 al término de la Guerra de Sucesión Española, cedía la «ciudad y el castillo de Gibraltar junto con su puerto, defensas y fortalezas» a Gran Bretaña, pero no el territorio circundante ni la soberanía del istmo, que actualmente también está ocupado por instalaciones militares británicas.
En este sentido, España considera que el Reino Unido incumple el tratado original al haber ampliado unilateralmente su control. Además, organismos internacionales como la ONU siguen clasificando a Gibraltar como un territorio pendiente de descolonización.
Por lo tanto, mientras que el Reino Unido ejerce el dominio real, la cuestión de la propiedad sigue siendo objeto de disputa diplomática, y se ha convertido en un símbolo del nacionalismo tanto británico como español.
¿Quién regaló el Peñón de Gibraltar a los ingleses?

La cesión de Gibraltar al Reino Unido se realizó formalmente por Felipe V de España, el primer rey Borbón español, como parte de los acuerdos de paz tras la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Esta guerra enfrentó a varios países europeos por el control de la corona española tras la muerte de Carlos II, que falleció sin herederos.
En 1713 se firmó el Tratado de Utrecht, una serie de documentos que pusieron fin al conflicto y redistribuyeron territorios en Europa. Uno de esos documentos incluía la cesión de Gibraltar a los británicos «a perpetuidad».
Sin embargo, hay que tener en cuenta que:
- El tratado fue firmado bajo presión, en un contexto bélico y de gran debilidad para España.
- El texto del tratado limita estrictamente lo que se cedió, excluyendo el istmo y otras áreas que ahora controla el Reino Unido.
- El artículo X del Tratado de Utrecht establece que si Gran Bretaña decidiera deshacerse de Gibraltar, debería ofrecerlo primero a España.
En consecuencia, muchos historiadores consideran que más que un regalo, fue una concesión forzada, y que el Reino Unido ha ido ampliando su presencia más allá de lo acordado.
¿Qué nacionalidad tienen los de Gibraltar?

Los habitantes de Gibraltar, conocidos como gibraltareños, poseen una situación jurídica y cultural bastante particular. En términos legales:
- Son ciudadanos británicos, con pasaporte británico.
- Desde 2002, también tienen el derecho de optar por el British Overseas Territories citizenship, una categoría que les permite mantener ciertos vínculos diferenciados con el Reino Unido.
- No tienen la nacionalidad española, a menos que la obtengan por nacimiento o residencia, como cualquier otro extranjero.
Sin embargo, la identidad de los gibraltareños es mucho más compleja. En su día a día se mezclan elementos culturales españoles, británicos, genoveses, malteses y sefardíes, formando una comunidad con raíces multiculturales muy marcadas.
El idioma principal es el inglés, aunque una gran parte de la población habla también español de forma fluida, y se utiliza ampliamente un dialecto local conocido como llanito, una mezcla de inglés y andaluz con expresiones propias.
Además, la mayoría de los gibraltareños se sienten:
- Orgullosos de su estatus británico.
- Identificados con su territorio, más que con España o el Reino Unido.
- A favor de mantener el actual régimen político, según referéndums realizados tanto en 1967 como en 2002, donde más del 95% rechazó cualquier forma de soberanía compartida con España.
Esta singular situación ha hecho que Gibraltar sea un caso único en Europa, donde los conceptos de ciudadanía, soberanía e identidad no siempre coinciden.
Conclusión: Un peñón pequeño con un gran peso geopolítico
El Peñón de Gibraltar es un lugar diminuto en tamaño, pero enorme en importancia histórica y política. Su ubicación estratégica en el estrecho que separa Europa de África ha hecho de él un punto codiciado por siglos. Desde su cesión en el siglo XVIII, ha sido motivo de tensión diplomática constante entre España y el Reino Unido.
A día de hoy, sigue siendo un territorio británico de ultramar, cuyos habitantes defienden su estatus, pero cuya situación legal aún genera debate. ¿Debe volver a España? ¿Debe mantenerse como está? ¿Existe una solución intermedia? La respuesta a estas preguntas aún está por escribirse.
Lo que es indiscutible es que el Peñón de Gibraltar seguirá en el centro del tablero geopolítico, y su historia continuará siendo un ejemplo fascinante de cómo un pequeño territorio puede generar grandes cuestiones internacionales.